Los delantales de asbesto se fabricaban con tela tejida de fibras de asbesto, un mineral natural resistente al calor. Esta propiedad lo convertía en un material ideal para proteger a los trabajadores de los riesgos del calor en diversas industrias como la construcción, la fabricación y la soldadura.
Los delantales de asbesto podían ser de diferentes tipos y tamaños, con diseños que se ajustaban a las necesidades específicas de cada trabajo. Algunos delantales solo cubrían el torso, mientras que otros también protegían los brazos y las piernas.
Debido a su peligrosidad, el uso de delantales de asbesto está prohibido o severamente restringido en la mayoría de los países. Si se encuentra con un delantal de asbesto, es crucial desecharlo de forma segura para evitar la liberación de fibras de asbesto al aire, las cuales pueden ser inhaladas y causar graves problemas de salud.
Para desechar un delantal de asbesto de forma segura, siga estos pasos:
Humedezca el delantal con agua para evitar que las fibras se liberen.
Envuelva el delantal en plástico de polietileno de al menos 6 milésimas de pulgada de grosor.
Selle el plástico con cinta adhesiva.
Etiquete el paquete como “Residuos de asbesto”.
Lleve el paquete a un vertedero especial para desechos peligrosos.
Es importante recordar que el asbesto es un material peligroso y que se deben tomar todas las precauciones necesarias para protegerse a sí mismo y a los demás durante su manipulación y eliminación.
Si tiene preguntas sobre cómo deshacerse de un delantal de asbesto de manera segura, consulte con su agencia local de control de la contaminación o con un especialista en gestión de residuos peligrosos.
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